lunes, 27 de enero de 2014

Luz en la oscuridad


 Yo soy ese haz de luz que resplandece entre las tinieblas.
O tal vez no. Tal vez hoy solo formo parte de ellas, me camuflo en la oscuridad y reduzco a la nada a cualquier ente que se cruce en mi camino.
Esa es la historia de mi vida, por más que lo intente, todo lo que toco se marchita. Hacer algo bien no está escrito en el guión de mi tragicomedia. Me paso la vida preocupándome por lo ajeno a mí, por aquello que ocurre al resto y que no debería influirme ni afectarme pero que, en realidad, sí me afecta. Ayudo a los demás cuando ni siquiera sé ayudarme a mí misma. Ese tipo de acciones desinteresadas acabarán conmigo. Ni siquiera sé si llamarlas ‘desinteresadas’, a todos nos gusta recibir algo a cambio por nuestro esfuerzo, cosa que pocas veces ocurre. Puede gustarnos ayudar y con ello nos sentimos bien, pero si se nos da algo a cambio en modo de agradecimiento tampoco hacemos ascos. Pero no podemos hacer ascos a algo inexistente, claro está.  De hecho, en mi caso, no existe tal agradecimiento porqué en gran parte no se suelen apreciar mis actos, salvo cuando son actos poco acertados.
Me gustaría sentir alguna vez, que lo que hago, mi esfuerzo, sirve para algo y que hay alguien que lo aprecia. Sé que no soy perfecta, ni lo intento ser, pero a todos nos gusta sentirnos queridos de vez en cuando.

Y aún así, seguiré preocupándome por los demás antes que por mí misma.

lunes, 20 de enero de 2014

-Tú nunca lloras, ¿verdad?


- ¿Quién dijo que para llorar era necesario mostrar lágrimas resbalando por las mejillas, ojos enrojecidos y esa congoja que parece robarnos el alma cada vez que intentamos respirar?

 Existen llantos mucho más dolorosos escondidos en el silencio.





jueves, 16 de enero de 2014

¿Te duele?

-¿Te duele al respirar?

-Sí, aunque no es un dolor insoportable. Cuando se vuelve continuo, se asemeja a una vibración y terminas por acostumbrarte. Pero cuando cesa, añoras ese tenue movimiento, esa sensación que te recuerda que aún puedes respirar.


-¿Y no te cansa vivir así? ¿No te gustaría curarte?


- No, es algo que forma parte de mí. Algo mío, mi defecto. Pero también mi seña de identidad, y aunque sea dañino, no podría vivir sin esa sensación. Es como....tener cosquillas en el pulmón.



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Un suspiro,
una mirada perdida, una vida no vivida, recuerdos olvidados en el baúl de los juguetes, lágrimas caídas en un lago de complicaciones, promesas desesperadas. Una sonrisa perdida, y un alma dispuesta a encontrarla. 
Una brújula.                              


                                                                                      Para la inspiración de mis aspiraciones. A.E.

                                                                                                                        

martes, 14 de enero de 2014

Solo un chico callado.

Solo un chico callado, que no llama la atención y se esconde en las sombras. Que no mira, ni grita, y en contadas ocasiones ríe. Solo un chico frío, solo, y aparentemente sin emociones. Todas estas cosas se apreciaban desde el exterior, pero yo no pude verlas, me quedé atrapada en el interior. Donde habita el chico cálido y vergonzoso, que ríe de muchas formas; ríe cuando río, ríe para esconder el dolor, ríe para que sonría cuando lloro y para secarme las lágrimas con el resplandor de su sonrisa. Ese chico difícil de conocer, pero fácil de entender. A veces, fácil de odiar, pero todavía más sencillo de amar. Ese que le habla directamente a mi corazón, y este se derrite. Que si se acerca mucho, lo hace latir acelerado, como diciendo: "No te alejes, por favor, así me siento vivo." Ese chico frágil, que aparenta dureza, pero desconoce que yo siempre veo a través de su coraza. Ese que me mira y una corriente de emociones se apodera de mí, y al único a quien puedo aguantarle la mirada. Ese por quien lo daría todo, y sin embargo a quien no tengo nada que darle más que mis sonrisas, mis lágrimas y miles de momentos vividos y por vivir. Ese chico, es solo un chico. Solo un chico callado, frío y delgado como un fideo. Que no es lo que parece, y ni siquiera él sabe lo que es.


Mi vida.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Quiéreme, o destrúyeme.

He leído muchas veces historias, ficticias o reales, en las que se decía que el amor se acaba. Y yo lo leía y lo veía imposible.¿Cómo se va a acabar el amor? Cuándo te enamoras todo es perfecto, ¿para qué vas a querer que acabe? Pero hace un tiempo lo empecé a entender. Más que entender, lo empecé a vivir.Porque amar es darle la capacidad a alguien de destruirte. Al confiar en alguien, al compartir tu tiempo con esa persona, al darle tu cariño y preocuparte, te vuelves vulnerable.Pero todo ello con la seguridad de que ese alguien no te va a dañar bajo ninguna circunstancia. El problema aparece cuando dejas de tener la certeza de que no vas a sufrir.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Yo soy el fuego.

Me da pánico tomar una decisión, porqué no sé cuál es el camino correcto. Tengo el corazón dividido en dos, enamorado de los recuerdos vividos a su lado, pero ya no veo futuro alguno. Pienso en el futuro y ya no le veo a él. Veo todos nuestros sueños huyendo, lejanos, y siento una punzada en el corazón. Llorar ya no sirve de nada, necesito ser sincera conmigo misma.¿Qué camino escoger cuando ambos te llevan a la perdición? Haga lo que haga, elija el camino que elija, tome la decisión que tome, alguien saldrá herido. Nunca hay vencedores sin vencidos. Pero esta vez, en cualquier caso, el dolor lo sufriré yo. Cualquier opción es dolorosa para mí, y aún así, no es eso lo que me preocupa. Porque sé que el dolor no será solo mío, y soy incapaz de moverme, estoy en un punto muerto en el cual me hundo lentamente. Una parte de mí se niega a olvidar, no pierde la esperanza y por ello he perdido la cabeza. Este tipo de masoquismo psicológico está acabando conmigo, es un suicidio lento y doloroso. 


"El fuego siempre quiere estar en la ceniza, porque más arde siempre cuanto más se le atiza."

viernes, 11 de octubre de 2013

Tópicos literarios.

A veces los deberes pueden ser algo más que una pérdida de tiempo, si sabemos aprovecharlos.